La crapulez y los hombres grises
El crápula triunfa. Eso es evidente. No solo en el terreno relacional, sino en muchos otros. Ser malo malote siempre ha funcionado. Puede parecer un topicazo, pero el canalla siempre atrae más a las féminas que el bonachón hombre gris, simpatico y buena gente pero absolutamente carente de sex appeal. Estos últimos normalmente acaban siendo amigos de las susodichas. Incluso muy amigos. Y ya se sabe que lo peor es que te quieran como amigo. Porque acabarás tomando un cafe con tu amiga donde te comentará lo maravilloso y comprensivo que eres tú y lo capullo que es su novio. Pero al salir del bar ella se lo seguirá trajinando y tú seguirás leyendo blogs. Eso si, de buen rollo :-).
Pero es que además es normal. Un crápula despierta los bajos instintos. Un hombre gris despierta compasión y ternura. Y contra eso no se puede luchar. En el fondo a los hombres grises nos gustaría ser crápulas. Ir un poquito de Bogart de vez en cuando, perdonando vidas por aquí y por allá. Pero con eso se nace. Y los manuales de crapulez están muy bien como teoría, pero a ver quien es el chulillo que los pone en práctica ...
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