31 agosto 2004

Vuelta de tuerca a la normalidad

Se acaba agosto. Un mes aburrido. Un mes no aprovechado. Un mes no disfrutado. Por lo menos no ha hecho mucho calor.

Mañana empieza septiembre. Si tuviera 4 años estaría ilusionado por ir a preescolar a jugar con mis compañeritos. Con 6 años estaría preparando el estuche, los lápices de colores alpino, los rotuladores carioca y la goma de borrar Milan, junto a los legendarios cuadernillos Rubio. Si tuviera 14 años estaría nervioso porque se acercaría mi primer día de instituto y no sabría que ponerme y que decir a las chicas que irian a mi clase. Con 18 años estaría especulando con mis amigos sobre lo genial que sería ir a la universidad y la de gente interesante que conocería. Hasta los 24 o 25 años estaría estudiando porque siempre me quedaban para septiembre. A partir de ese momento y hasta el año pasado estaría abatido (pero contento) el día 31 de agosto porque volvería a mi puesto de trabajo.

Este año el día 1 de septiembre no significa nada para mí.