29 agosto 2005

Sentido de la orientación

Vale que uno es despistadillo. Vale que mi sentido de la orientación está en Parla. Y vale que a las 16:00 h. uno está más dormido que despierto, pero no es de recibo que vayas a un hospital (sin que sirva de precedente daré un dato, este hospital) y te pases 20 minutos de reloj dando vueltas para encontrar una salida.

El caso es que tenía que ir a consultas externas para cambiar una cita (sí, en el mundo de los servicios y el valor añadido no la cambian por telefono, hay que personarse ...), así que voy pero la entrada habitual está cerrada por obras. Empezamos bien. Pues pregunto y me mandan a la entrada de Consultas Externas que hay al lado de Urgencias. Al llegar me comentan que eso es Consultas Externas pero de traumatología, las de general estan en el piso de arriba: "Suba las escaleras, un pasillo largo, la primera a la derecha y la segunda a la izquierda".



Despues de 10 minutos de pasar por salas de Rayos X y TAC que me dan muy mal yuyu, llego. Me cambian la cita, no sin problemas, porque la Aux. Advo que estaba no lo tenía muy claro (cosas del verano) y entonces es cuando comienzan mis verdaderos problemas. Para no volver por donde vine e intentar ahorrarme el paseo, pregunto, por si hay alguna salida algo más sencilla. Unas señoritas encargadas de los servicios de limpieza no me saben decir donde hay un escape y, una de ellas, me comenta incluso con cierto tono jocoso que casi no saben salir ni ellas. Luego pillo a una enfermera (con aspecto de Matilda La Grande) que me comenta con desgana, que en el piso inferior puede estar una de las puertas de salida de emergencia abiertas, que vaya por ahí. Efectivamente, estaba cerrada.

Vuelvo arriba y por fin un celador, despues de constatar que efectivamente es dificil salir, me abre el camino. Hay que ir al Hospital General que esta dos pasillos más alla, luego girar a la derecha, andar un poco, girar a la izquierda, y luego un pasillo muy muy largo hasta que las paredes se vuelven naranjas y está usted en maternidad. Una vez allí, pregunte donde está la salida.

Con el mal rollo que me producen los hospitales y encima el paseito turístico hospitalario por todo tipo de especialidades acabadas en "...logía", me empecé a poner nerviosito, pero hice lo me dijo y salí. Según salía me asaltaron dos reflexiones. La primera es que no hay peor cosa que hacer cosas en verano, todo está cerrado y en obras. Se ve que todavía no estamos en Europa. La segunda es que, aparte de mi total empanamiento, nadie se molesta en facilitar las cosas. Un poquito de por favor ...