Ciudadano de segunda
Va a sonar a cachondeo, pero es real (y triste) como la vida misma. Lugar: Clínica Ruber, hora, 16:45. Ciudad, Madrid. País - de momento - España:
- Buenas tardes, venía a hacerme una resonancia.
- Hola - me responde la recepcionista-. Espere un momento que le tomamos los datos. Sientesé ahí.
(... En el impas veo como la susodicha habla con una bata blanca y ésta comienza a mirarme y a negar con la cabeza ... De fondo logro oir perfectamente un "díselo tu" que auguraba problemas).
- Mire, es que el aparato con que hacemos las resonancias tiene una limitación de peso máximo del paciente de 1yy kilos. ¿Cuanto pesa usted?
- Pues no lo se, hace mucho que no me peso.
- ¿Pero aproximadamente, cuanto?
- Pues yo diría que unos 1xx.
- Pues entonces va a ser dificil porque la maquina solo aguanta 1yy y además el tubo es demasiado pequeño y no creo que quepa usted.
- Ah, que bien ...
- Espere, que le traigo una báscula y vemos.
- ¿No me irá usted a pesar en sala de espera no?
- No, no, entre ahí.
(... Me pasa a una sala y la operaria sanitaria me trae una bascula (parecía de juguete, dicho sea de paso). Yo me llevo mal con las básculas, y peor con la de los hospitales. Total que peso 1xx + 4 kilos ... ).
- Pues lo siento pero no va a poder ser.
- Oiga - replico yo - ¿es que los gordos no tenemos derecho a hacernos una prueba médica?
- No es eso señor, es que las especificaciones de la máquina prohiben hacer pruebas a personas con más de 1yy kilos, y usted sobrepasa esa cifra.
- Ya entiendo. ¿Y no tienen una máquina para gordos, así con el tubo más grande y más pesada?
- Me temo que no señor. Deberá ir al especialista otra vez y contarle que ha pasado y que le mande a hacer otra prueba diferente.
- Alucinante (pienso para mis adentros). Una prueba diferente. Que pretende, que me hagan una traqueotomía? ... la prueba es esta, y no una diferente -le digo-.
- Ya, lo siento, hace poco le ha pasado también a otro señor. Hable con su médico ... El siguiente ....
Y eso que era la clínica Ruber, que si es la clínica Pepe, lo mismo hasta me fostian y todo por estar gordo. Va a ser que iba por la Seguridad Social. Seguro que a Pavarotti no tienen problemas en resonarle magnéticamente.
Lo dicho señores. Los gordos somos ciudadanos de segunda. Sobre todo los gordos pobres, como ya sabíamos todos. Que vida esta ...
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