Nochevieja
Certifico oficialmente que, desde hace unos años, la nochevieja, para un servidor, ya no tiene esa connotación lúdica e ilusionante de antaño. Ya no es esa fiesta que esperas durante meses y planificas concienzudamente con tu tropa de amigotes. Se acabó eso de salir escopetado de tu casa despues de las uvas a mamarte como un piojo y pillarte un trompazo indecente. Tampoco te apetece especialmente acceder a las infierno-megafiestas de barra libre, ni arreglarte, ni gastarte 150 euros, ni comerte unos churros con chocolate que cualquier otro día del año ni los probarías. Nada de buscar ligues de una noche (yo diría más bien, milagros de una noche). Nada de eso ...
Ahora las fiestas de nochevieja son de otra manera. En el hipotético y bastante improbable caso que te anímes a salir, la velada sería del palo tranquilitos en casa de amig@s (de los pocos amig@s que todavía salen, claro) charlando, tomando una copa (solo una) y viendo el especial de nochevieja en la tele. O, como mucho, buscando el bar con menos gente y que dejen entrada libre y volver a casa antes de que amanezca. Nada que no hagas cualquier otro fin de semana del año.
La explicación a este cambio de tendencia es obvia. Ya no soy joven. Cuando no te da cargo de conciencia levantarte un 1 de enero a las 10 AM porque te has acostado a las 2, es que ya no eres joven.
Lo unico que me joroba es perder esa sensación de levantarme con un resacón considerable a ver los saltos de esquí desde la estación alemana de Garmish Partenkirchen mientras deglutes las sobras de la noche anterior y dormir una siesta eburnea que te hará pasar el día 1 como un día fantasma. Eso ya no volvera ...
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