Reflexión de aburrida ilusión
Soy plenamente consciente que llevo unos días con un nivel de calidad de posteo más bien tirando a escasito (siendo generoso conmigo mismo). Me llegan noticias de que últimamente mis posts son insulsos, inconsistentes y aburridos. Toda la razón del mundo.
Es por ello que algunos incondicionales me han abandonado a mi suerte. Mis acólitos (salvo los muy muy acólitos) me esquivan y se cumple, una vez más, la máxima bloguera: Cuanto más ilusionado y ocupado estás, cuanto más vives fuera, menos tiempo tienes para escribir los desencantados, tristes y pelín demagógicos posts marca de la casa.
Ya lo dije alguna vez. La felicidad es básicamente aburrida. Cuando las cosas comienzan a marchar, te ocupas más de vivirlas que de contar lo bien que te va en el blog. Y si lo cuentas, aburre a las ovejas. El desencanto vende mucho más, es mucho más "divertido" y merece horas y horas de concienzudo análisis. Sin embargo, si la cosa te comienza a ir un poco bien, poco más hay que decir.
No es que ahora me vaya todo bien (Dios me libre), pero ahora tocan unos gramitos de ilusión. Perdonen ustedes, queridos lectores, que le vamos a hacer.
Actualización 0:04: Una lectora que no enlazaré por motivos obvios de confidencialidad me acaba de confirmar mis peores presagios. Este blog es insulso e insustancial. Es como un superolé de Mortadelo y Filemón. Trascendencia la justita. Pues va a ser que sí doña. Cualquier tiempo pretérito (imperfecto) fue mejor ...
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