Un año sin ella
Más o menos a esta hora llegué a casa hace un año. Cada vez que me veía entrar cuando llegaba de trabajar una sonrisa iluminaba su apocado rostro y su semblante se transformaba. Le di yo mismo de cenar y hablé con ella de como me había ido en el trabajo y de lo contentos que estábamos la Sra. Bedel y yo con la casa alquilada. Ella simplemente escuchaba y a veces sonreía. Me acuerdo que jugaba el Madrid y lo vimos toda la familia con ella. Le encantaba el fútbol. Antes de irme a casa, tuve la imperiosa necesidad de decirle lo mucho que la quería y de darle un beso. Ella, que apenas hablaba ya, me dijo un "Y yo también" que nunca olvidaré. Fue nuestra última conversación. Al día siguiente mi hermano me llamó al trabajo y comenzó uno de los días más tristes de mi vida.
Te quiero mucho abuela. In memoriam.
Etiquetas: desencantos
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