19 abril 2007

Cuando uno ve a sus musas

Salía yo del curro y me la crucé de frente. Tras un segundo de duda, lo constaté. Era ella. Más bajita de lo que parece en la gran pantalla o en la tele, vestía de lo más normal, vaqueros, camiseta y una especie de jersey rojo abierto, bolso generoso y andares nada dubitativos. Evidentemente no le dije nada, cuando pude reaccionar se perdió entre el gentío. Tampoco creo que le dijera nada si estuviera parada en frente de mí. Con las musas no se habla, simplemente se las admira.



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