La dieta tropecientas
Hoy, como tantos y tantos lunes, vuelvo a empezar una dieta. Ya ni cuento las que he empezado, tropecientas, o tal vez tropecientas mil. Las he hecho de todos los colores y de todos los sabores: Sanas, insanas, con prescripción facultativa, originales, peligrosas, de revista de peluquería, disociadas, la del huevo duro, la de la sopa quemagrasas, la de las zanahorias, la del biomanan, etc, etc, etc.
Esta vez, para ser original una vez más, no voy a seguir pautas estrictas ni complicadas variaciones de proteinas, hidratos y grasas no saturadas. Simplemente voy a comer menos de todo aplicando el sentido común, tan fácil y tan difícil como esto. Nada de agobiarme con balanzas ni con horarios. Nada de inventar la rueda con disociaciones. Nada de objetivos a corto, medio o largo plazo. Simplemente comer menos e intentar hacer ejercicio físico moderado (no estoy para grandes alardes), con el único objetivo del día a día. Lo simple a veces es lo más complicado.
Supongo que el fracaso no es abandonar una dieta, el fracaso es no tener ganas de volver a empezar una. Y yo de momento sigo adelante empezando y volviendo a empezar, más que nada porque los kilos hacen que me pierda muchas cosas, y eso no mola nada ...
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home