Currar en vacaciones. Lo positivo.
Hoy, en contra de la tendencia habitual por estos lares, voy a intentar escribir algo positivo del hecho de tener que estar trabajando un día como hoy, en el que oficialmente estoy de vacaciones. Dejando atrás los motivos y si debería o no debería sacrificar este día de asueto para no estar tan estresado dentro de 15 días, la verdad es que currar en vacaciones tiene algunas cosas buenas.
Recapitulemos. Lo primero, entras cuando quieres. Hoy en vez de entrar a las nueve he entrado a las diez y media. Es un pequeño lujo que no te puedes permitir el común de los días. Luego está el teléfono, que no suena. Que bendición. La tranquilidad y el silencio permiten concentrarte mucho más y los índices de productividad/día se disparan. También puedes poner la música que tu quieres, y no la que se llega por consenso entre compañer@s. Y sobre todo, lo más importante, tus jefes no están. Eso no se paga con dinero.
Sí, lo se, currar en vacaciones es una mierda, no lo voy a negar, pero necesito inyectar algo de positividad en el hecho para que el día no se desencante solo. Y en eso estamos.
Etiquetas: encantos, trabajo, vacaciones
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