El fenómeno Wino

Vale, ha ganado cinco Grammys y canta decentemente en su estilo soul/jazz (voz grave y talentosa, pose de diva años 60), pero no me acaba de simpatizar Amy Winehouse. Me echa para atrás lo que seguramente a muchos atraerá, esa imagen de malota transgresora y perdonavidas con oscuro pasado y presente caótico, con adicciones variopintas, tatuajes imposibles y tendencias depresivas. Una especie de Kurk Kobain poligonera y excéntrica.

Independientemente de que sea buena en lo suyo, para mí, como diría el vilipendiado Risto Mejide, no deja de ser un producto, y pese a lo que casi todos piensan, que es el colmo de la autenticidad y lo más cool, la veo muy impostada. Será que me estoy haciendo viejo. Ya solo me falta votar al PP (uf, que escalofrío :-D).

En cualquier caso, la Wino triunfa y eso hay que reconocerselo. Enhorabuena a la premiada.