21 junio 2008

Fiestas y edades

Este finde son las fiestas patronales de mi barrio. Ayer salí con la Sra. Bedel al primer día de fiestas. Nos tomamos unas raciones y unas cervezas en los chiringuitos de recinto ferial, estuvimos con algún@s amig@s (menos de los esperados) de buen rollo, incluso con uno que ahora es del mundo de la farándula televisiva y que hacía mucho tiempo que no veíamos, recordamos viejos tiempos, disfrutamos de un gran concierto de rock en directo y en general fue una velada muy agradable que se acabó a eso de las 2 AM, lo cual no está mal teniendo en cuenta que ayer me levanté a las 6.


Se podría decir que me lo pasé bastante bien. Pero las fiestas no son lo que eran. O más bien yo ya no soy el que era cuando realmente disfrutaba de ese evento. Hace 15 años las cosas, aun haciendo en esencia lo mismo, eran totalmente distintas, o quizás yo las sentía de distinta manera. Dos o tres meses antes ya estabas calculando si los exámenes acababan o no antes de las fiestas (cuestión crucial), te reunías con tus amigos para organizar el chiringuito, te ponías una camiseta de la peña, formabas parte de un grupo, bebías más, reías más, trasnochabas más, saltabas en los conciertos, intentabas ligar más (con nulos resultados, todo hay que decirlo) y realmente sentías que estabas aprovechando el momento.

La diferencia es obvia. Hace 15 años tenía 15 años menos.

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