Vuelta a la dura realidad
Las Navidades han pasado volando y mañana vuelvo al trabajo, a mi rutinaria vida de oficinista de extrarradio. Estos días me he puesto en modo "stand by", intentando, sin demasiado éxito la verdad, no pensar más de la cuenta en los problemas más acuciantes, evitar ese tenso y subliminal desasosiego, esa espera intranquila que es la antesala del estrés y de mi amiga la asfixia.
Posiblemente este trimestre que comienza sea el más difícil en lo que llevo en este trabajo, ya que al cierre del ejercicio en los dos clientes que llevo, no precisamente sencillos, se une una situación conflictiva y no esperada que todavía está sin resolver y que puede erosionarme mucho más. Tendré que hacer de tripas corazón y poner toda la carne en el asador, para intentar hacer las cosas bien y que pase la tormenta sin llevarme por delante, o por lo menos, si me lleva, que no sea por culpa mía.
Las perspectivas no son muy halagüeñas para 2009, ni en este capítulo laboral ni en otros igualmente importantes que tampoco me apetece ahora detallar, pero ahora mismo no puedo hacer otra cosa que luchar y poner los medios para intentar variar rumbos y tendencias, para encontrar soluciones donde solo hay dificultades, para ser más productivo, para superar, en definitiva, el reto de este año, que es sobrevivir. Sobrevivir a la crisis, a los problemas, a la dura realidad.
Vamos a ello. Y que D10S reparta suerte.
Etiquetas: asfixia, desencanto, navidad, trabajo, vacaciones, vida
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