La importancia de las butacas
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Sin ánimo de ofender y entendiendo este post como crítica constructiva y opinable. Ayer fui a ver AVATAR a un cine de la capital del reino (no diré cual pero no es difícil adivinarlo, cines antiguos con 3D hay pocos).
La peli, cojonuda, ya lo he comentado, y el 3D, una pasada. Pero hay una manera de arruinar lo que podría haber sido una experiencia lúdica muy interesante. Las puñeteras butacas. Señores, entiendo que regentan ustedes un cine antiguo, de los de antes, con acomodadores con linternita y un toque nostálgico que a mucha gente le parecerá encantador. Nada que objetar, a mí también me gusta. Pero lo que no deberian hacer ustedes es cobrarme casi 10 euros por ver una película que dura 2 horas y media y sentarme en una butaca pequeña, incómoda, sin sitio para poner las palomitas y el agua, con el codo del vecino en mi omóplato y con una sensación de estar apiñados como sardinas en lata nada edificante. Vale, uno tiene sus kilos y no van a hacer butacas para gordos (deberían pero bueno, uno tiene sus taras y hay que aguantarlas), pero es que todavía me duele la espalda de la sesión de "tortura". No es de recibo.
Y que conste que puedo llegar a entender que meter butacas amplias y confortables (de centro comercial) en este tipo de sala rompería el conjunto. Pues lo que podrían hacer es programar un ciclo de Marisol en el patio de las butacas incómodas, para los muy nostálgicos, y hacer otra sala moderna donde la gente se pueda sentar a gusto y disfrutar de la película sin tener que pedir hora al traumatólogo al día siguiente. O, incluso mejor, informar sobre la incomodidad de las butacas y dejar elegir al cliente si le merece la pena o no.
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Etiquetas: butacas, cine, incomodidades, quejas
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