El gol más bonito
Faltaban 4 minutos para acabar. Empate a uno. Ellos eran buenos y nos presionaban bien. Nosotros perdíamos fuelle y el gol suyo estaba al caer. Remates al palo, paradones de nuestro portero. Se nos escapaba el partido.
Último minuto. Me pongo de pivote. Me pasan la pelota en medio campo. Regateo con el cuerpo al primero, hago una marianela cuando me entra el central y me quedo solo delante del portero (grande, agil, que paraba todo). Amago el tiro, el portero no se lo come y me sale, y justo en ese momento vuelvo a amagar y con un toque sutil acompaño el balón en una vaselina perfecta que pasa por encima del portero y se cuela por la escuadra. La locura.
Final. Cuando nos saludamos, el portero contrario me da la mano y me dice: "El gol más bonito que me han marcado en mi vida".
Esto pasó hace 15 años y lo recuerdo como si fuera ayer. Muy Oliver y Benji, sí, pero fue uno de los momentos más felices de mi insegura adolescencia.
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