Bruno y su mazo
A veces me pregunto porque siempre me visita Bruno con el mazo en los momentos menos oportunos. Algunas cosas parecían que se iban encarrilando minimamente y en el horizonte asomaba un acueducto que disfrutar. Pero no, el destino no me quiere. A la vida le sigue gustando ponerme a prueba, testear mis niveles de aguante, minar mi capacidad de sobreponerme a los problemas. La letra con sangre entra, y a mi me están atizando a base de bien. Desde hace tiempo además.
Tampoco voy a detallar los porqués. Solo diré que no voy a dar a Bruno la satisfacción de que lea en este blog mi desencanto, aunque sea bello. Se va a quedar con las ganas ...
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