10 mayo 2005

Axiomas del transporte público

Llevo apenas dos semanas de peregrinación diaria a la urbe para trabajar (ni me planteo ir en coche) y ya voy conociendo a mis compañer@s de viaje y todas las triquiñuelas propias de ese micromundo que es el transporte público.

Hay algunos axiomas que no admiten discusión:

- Si no te colocas bien en el andén, vas de pié. Así de claro. Eso significa saber exactamente donde se para la puerta. Dos metros de equivocación implica impepinablemente ir de pie. Me ha costado varios viajes de pié darme cuenta de eso. Una vez que tienes pillados puntos de referencia, la cosa es más fácil.



- Encontrarse con un amigo todos los días en el tren puede llegar a asfixiar, porque al cuarto día ya no sabes de que hablar, y es que es más de una hora de viaje y tanto él como yo estamos dormidos. De momento no me ha pasado.

- De los gratuitos ya hablé ayer.

- Es mejor entrar de los últimos en un metro abarrotado, porque luego la salida puede ser mucho más complicada que la entrada.

- Si vas con tiempo, no es mala idea dejar pasar dos o tres metros para evaluar si interesa meterse en una lata de sardinas o en una lata de anchoas.

- Es totalmente normal, cuando estas metido a 15 metros bajo tierra rodeado de 100 personas en un cubículo de 20 m2, pensar que tu vida es un asco. Se suele pasar cuando sales a la superficie.

- Lo único bueno de usar todos los dias varios transportes públicos es que tienes la relajante satisfacción de que has amortizado completamente el abono transportes.