13 julio 2006

El valor del tiempo

Es obvio que uno de los principales problemas de la vida independiente adulta, ya sea en pareja o en soltería, es la falta de tiempo. Antes, en la post-adolescencia occidental, llegabas a mantel puesto, con ropita limpia y planchada, aseos relucientes y facturas pagadas. Ahora todo es más complicado, se acabó la sopa boba. Algunas ventajas hay, eso nadie puede negarlo, pero tiempo libre, como que te queda poco. Hay que producir y mantener el techo adecentado. Y eso sin tener churumbeles, que sino, apaga y vámonos. Curiosamente, ese tiempo libre que te falta es el que le sobra a tu familia desde tu marcha.



Desde que he dejado de ser una lacra social valoro mi tiempo en su justa medida y me doy mucha más cuenta del que he perdido en los últimos años. Quieras que no, te entra un resquemor ...