En busca de la felicidad

Ayer fui a ver En busca de la felicidad con la Sra. Bedel. Más allá de una revisión más del ya clásico "sueño americano", de gente hecha a sí misma que las pasa canutas y lucha por salir adelante con tesón y voluntad en un entorno hostil, esta pelí tiene algo que no tienen demasiadas películas, te hace pensar en tu propia vida, en como la estás afrontado y en como la afrontaron otros, en particular tus padres.

A pesar que estas historias de superación personal tienen el peligro de caer en el oscuro terreno de la manipulación de emociones, que no la diferenciaría mucho de un trágico telefilme "basado en hechos reales" de domingo por la tarde, aquí nos cuentan la historia sin caer en en el exceso sentimental barato, con una narrativa ágil y sobria. Buen trabajo de Will Smith, que demuestra que es bastante más actor de lo que la gente cree, acostumbrado a verle como un bufón o un cachitas de Hollywood al uso. Tiene posibilidades de llevarse el Oscar.

Después de visionar la cinta, salgo más convencido que nunca de una idea que siempre he defendido: la felicidad no es un estado vital en sí mismo, es una sucesión discontinua (a veces muy discontinua) de momentos puntuales felices dentro de un universo de desencanto y esfuerzo a veces no recompensado.