El silencio y yo
Cuando ella no está, el silencio se apodera de la casa. Debería oir perfectamente la nevera, el perrón, los pajaritos de fuera, los vecinos, el ventilador del ordenador o el run run de la tele o la radio cuando están encencidas, pero en realidad no oigo nada. Todo es silencio salvo mis pensamientos. Ella, con su presencia, impide que le de al coco más de lo deseable. Hasta mañana por la noche estaremos charlando el silencio y yo.
Etiquetas: silencio
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