Nochevieja en casa
A un día escaso de Nochevieja, el plan de la Señora Bedel y el mío es quedarnos en casa viendo la tele. Vaya planazo, diréis. Pues sí, la verdad es que no es un gran plan, pero habida cuenta que mis amigos no van a quedar en mi municipio, no veo muchas más opciones viables que apetezcan. Bajar a la urbe está completamente descartado (a la Puerta del Sol, directamente una obscenidad) y una fiesta con entrada casi que también. Tomar algo por los bares de la zona se me antoja molesto, no ya por el riesgo de garrafón o precios excesivos, sino por la aglomeración de lechones y el hecho cierto de que parezca el progenitor de todos ellos. Será que estoy desganado, que estoy mayor, o las dos cosas, pero no estoy por la labor de pasar frío ni beber, y ya que estamos, nos cubrimos un poquillo de cara a la cuesta de enero.
En fin, excusas, pero son de las que se tiran en estos casos. A todo esto, la Sra. Bedel me ha llamado sieso ahora mismo, al más puro estilo Escenas de Matrimonio. Esto de hacerse mayor es una putada.
Etiquetas: fiesta de fin de año, nochevieja
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