26 enero 2008

Mi calculadora

Los contables, como todo buen gremio que se precie, tenemos nuestras manías, y a mucha honra. La calculadora, ese aparato del demonio, es una de ellas. Tu calculadora es ese gadget fundamental que te acompaña en tus duras jornadas laborales, y es como tus gafas, va contigo donde tu vayas. A veces la odias cuando no sale la cifra que tu quieres y a veces la idolatras cuando todo cuadra al céntimo.

Además es que estás acostumbrado a ella, desprecias otras calculadoras mucho mejores y usables y si la pierdes o te la olvidas en algún sitio es como una gran tragedia griega. Usas otras y te sientes incómodo, tardas el doble en meter los numeritos y no acabas de fiarte de los redondeos.

Realmente me dí cuenta que la calculadora es, para los contables, un objeto muy personal cuando llegó un reputado auditor al departamento y sacó una mierda de calculadora de bolsillo, yo calculo de no más de 5 euros, con unas teclas pequeñísimas, y la usaba con una cierta dificultad. Le ofrecí la mía, que al lado de la suya era un salto de calidad apreciable, y la rechazó cortésmente con un "con esta me apaño mejor".

Siempre digo que sin mi calculadora no soy nadie, y añado tras una pausa muy teatrera, con mi calculadora tampoco ... Que no falte el toque desencantado. Bueno, esta es mi calculadora, una LEXIBOOK EL513I que cuesta unos modestos 20 leuros. Como veis, no es ninguna maravilla, pero yo la quiero igual.


Foto: Carrefour.es

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