La empatía del hombre gordo
El otro día me encontré en el Ikea a un viejo conocido al que no había visto desde hace por lo menos 10 años. Estaba gordísimo, realmente descomunal, de hecho, casi ni le reconocí. Le recordaba como un deportista, una persona en buena forma. Pero lo que ví no tenía nada que ver con lo que recordaba. Me chocó muchísimo y creo que se me notó la cara de sorpresa y de incredulidad.
Cuando nos despedimos, me entro un pequeño bajón cuando me dí cuenta que esa cara de sorpresa e incredulidad que se me quedó, sin duda era muy parecida a otras caras que recuerdo de amigos míos a los que hacía mucho que no veía. Acababa de vivir una experiencia que otros amigos míos vivieron cuando me vieron a mí.
Una experiencia sin duda empática y desasosegante.
Etiquetas: apariencia, estado físico, ikea, imagen, obesidad
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