El problema amaxofóbico

El pasado domingo me dí cuenta que es totalmente imprescindible para mi circunstancia vital que supere mi legendaria amaxofobia.

Salía con la Sra. Bedel de la barbacoa de mi jefe en una urbanización muy pija a las afueras de Madrid. Mi idea era volver en Taxi a casa, ya que los autobuses por esa zona escaseaban y no quería molestar a los otros comensales. En realidad no me preocupaba en absoluto la situación, salíamos una hora y media antes de la final y con una llamada a Radiotaxi todo estaba solucionado. En menos de media hora estaría pegado a la tele viendo el previo. Craso error de cálculo.

Primero, los teléfonos de Radiotaxi todos comunicando. Después de 20 minutos consigo hablar con una tipa que, con una desgana increíble, me dice que me intentará buscar un taxi para dentro de 15 minutos. Claro, no contaba con que todo el mundo, taxistas incluidos, querían ver la final. El caso es que le digo que sí, que me lo mande. A todo esto la cara de la Sra. Bedel era todo un poema y yo me empiezo a mosquear. En la calle no es que no pasara un taxi, es que no pasaba ni un puñetero coche.

El mosqueo se torno ira cuando pasan los 15 minutos y no hay taxi, sino una llamada a mi móvil donde una puta maquina me dice que no ha podido llegar el taxi y que lo vuelva a intentar llamando otra vez. En este momento la cosa se estaba poniendo muy complicada. Quedaban apenas 40 minutos para que comenzara la final y todavía estábamos en la maldita urbanización. Menos mal que, previsor, apunte varios teléfonos de taxis, y después de llamar compulsivamente a todos y cada uno de ellos durante varios minutos, conseguí que por fin me mandaran un taxi. LLegamos a casa con la final ya empezada.

Esta experiencia traumática me ha hecho reflexionar sobre mi amaxofobia. Necesito superarla. No se como ni cuando ni porque, pero hace falta, por su puta culpa casi me pierdo la final de la Eurocopa ...