20 noviembre 2009

Medicina para el desencanto

Cuando el día de trabajo se ha torcido hasta extremos insospechados. Cuando la alegría por la cercanía del fin de semana queda totalmente eclipsada por una reunión horrible que te deja K.O. Cuando te pegan un rapapolvo sin sentido ni justicia. Cuando no tienes ganas de nada y se te quita el hambre. Cuando el desencanto aparece en todo su esplendor. Cuando pasan todas estas cosas, para no mandar todo al carajo es necesario recordar dos conceptos fundamentales: es viernes y estoy enamorado.



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