El rosco de vino

No se que os parecerá a vosotr@s, queridos acólitos y queridas seguidoras, pero el dulce que más odio de las navidades es con mucha diferencia el rosco de vino. Puede ser que tenga mucha tradición, sobre todo en el sur de España, no lo niego, y seguramente los artesanales de verdad tengan su aquel, pero es totalmente imprescindible eliminarlo de las cajas de polvorones cuanto antes, porque es el dulce que no quiere nadie y que siempre sobra al final de las fiestas, junto con alguna triste peladilla, media tableta de turrón de Alicante y alguna almendra garrapiñada que otra.

Además, que alguien me explique lo del vino, porque no lo veo por ningún lado. Como daño colateral, hay que tener en cuenta los traumas graves que puede producir en alguien que abra una caja de polvorones con la esperanza de comerse uno y que encuentre únicamente cinco roscos de vino. Para morirse.

Y para demostrar mi activismo en contra de tan denostado producto, me acabo de apuntar al grupo de Facebook Quiero eliminar el Rosco de Vino de la caja de polvorones. Únete, no nos mires.