De días aciagos y amaneceres calmados

Llevo 3 días sin postear. Los que seguís el blog a diario (cuatro loc@s maravillos@s que os lo agradezco infinitamente) sabéis que significa eso. Básicamente cuando tengo algún problema no estoy para posteos, lo suelo analizar a posteriori, más calmado. No me gusta escribir en caliente de problemas vitales (el fútbol es otra cosa). Y el pasado miércoles 1 de diciembre fue uno de esos días aciagos donde todo fueron problemas, todo salió mal y todo se te venía encima, no solo en el curro, que ya va siendo norma y no excepción, sino también en otros ámbitos. Fue un mal día, no uno de tantos, uno especialmente malo.

El jueves fue algo mejor, porque no podía ir peor que el miércoles. Aun así seguíamos bien jodidos. Recién el viernes comencé a ver la luz, por la cercanía del puente-acueducto (aunque no lo hago, voy a currar el martes, pero es un mal menor) y porque cuando ves las cosas con perspectiva te das cuenta de que una vez superada la crisis, todo vuelve donde debía, por lo menos de momento. Y ahora mismo me conformo con eso.

Esta mañana, como todos los sábados, he madrugado, he sacado al perrón y pese al frío salió el sol. El amanecer me ha traido un soplo de calma y de tranquilidad. No se cuanto durará, pero lo disfrutaré mientras pueda, no está la cosa como para desaprovechar momentos positivos ...