Pequeño regalo que me hago
Dije hace un par de entradas que no escribiría mucho en este fin de año por falta de tiempo. Pero me he despertado para ir a trabajar un rato por la mañana y adelantar los 10.000 marrones que tengo pendientes y, por una vez y sin que sirva de precedente, tras ardua reflexión en la cama, he decidido que esos marrones pueden esperar al lunes y que me voy a tomar el día libre para cerrar unos temas pendientes, ayudar a la contraria en sus quehaceres y para desconectar un poco de esta estresante vida que llevamos. El lunes la cosa volverá a estar un poco más complicadilla todavía, pero necesito hacerme este regalito como colofón a un año 2010 que ha sido de difícil gestión y con más desencantos que bellezas.
Etiquetas: estres, fin de año, regalo, trabajo
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