Para vivir
A veces pienso que uno de los motivos por los que tengo un blog personal es para poder desahogarme con relativa libertad cuando vienen mal dadas. Terapia bloguera pura y dura. Intento no usarlo demasiado para estos menesteres, no quiero repetir dinámicas autodestructivas, pero hay veces que no me queda más remedio. Y es que ahora mismo están viniendo muy mal dadas. Horriblemente dadas. Y la tentación es demasiado grande como para no caer. Además es que lo necesito. Necesito soltar lastre porque sino lo voy a pagar reviviendo viejos fantasmas que no me apetece aflorar.
Y es que la semana empezó torcida, y se ha ido torciendo más hasta que hoy ha explotado. En el trabajo sobre todo, pero también con otras cosas que vienen de atrás y que no se solucionan sino todo lo contrario. Todo son problemas, todo es difícil. Todo es complicado. Y yo sigo aguantando carril, porque no me queda más remedio. No daré muchos más detalles, no merece la pena y tampoco creo que sea necesario, pero he llegado a casa hoy viernes con la moral muy alicaída. Psicológicamente tocado. Precisamente este finde que necesitaba más que nunca descansar y distraerme, me parece que no va a ser fácil.
Solo hay un motivo muy poderoso por el que seguiré aguantando y echándole bemoles a la vida hasta que ya no pueda más. Sí, es ella. Mi niña. Mi contraria. La Sra. Bedel. La razón para seguir desafiando a la mala suerte, a la asfixia y a los problemas. La razón para sobreponerme a todo y a todos. Justo al contrario que en este temazo del gran Pablo Milanés. Ella es mi razón para vivir (y el perrón, of course).
Etiquetas: desencantos
3 Comments:
nene, mañana sale el sol, no temas!
hablar desde la sabiduría que nos da el fracaso... a un "tumbao" no hay quien lo tumbe. un abrazote y porque no un palmerote o dos (de chocolate claro)
Oiii qué bonito, se van a quejar la contraria y el chucho. xD
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