14 junio 2004

Lecturas



En estos días inciertos en los que vivir es un arte, es muy higiénico, saludable y casi imprescindible evadirse en lo posible de los problemas estructurales que te acosan, de las rutinas que te agobian y de otras coyunturas que no nos dejan vivir tranquilos. Los medios son diversos, desde los más inofensivos hasta los más inconscientes, pero la idea es esa, desconectar, sumergirte, aunque sea por unos minutos, en otras vivencias, en otras historias.

Uno de mis medios favoritos es leer. Tengo que reconocer que nunca he sido un gran lector. Siempre me ha gustado leer, pero en determinadas etapas de mi vida me olvidé de que me gustaba. De vez en cuando leia alguna novela pero mis lecturas diarias se circunscribían a los periodicos e Internet. Pero de un tiempo a esta parte, sobre todo en ciclos vitales no muy boyantes, cojo más los libros.

Leo casi de todo, pero me gusta especialmente la novela histórica, la ciencia ficción y la novela de humor. Ahora mismo tengo abiertos cuatro libros. Me gusta empezarlos a la vez y no tengo ningún problema en seguirlos en paralelo. Son estos:

- El Ocho, de Katherine Neville. Lo estoy acabando. La verdad es que me está costando terminarlo. Aunque no me ha disgustado, se me esta haciendo un poco árido. No es de las historias que te lees de una sentada. Aún así, me parece una novela más que correcta.

- Ciudad de huesos, de Michael Connelly. Lo estoy empezando. Llevo 5 hojas, y aunque no sea mi estilo de libro favorito, creo que me acabará gustando.

- El hombre de los dados, de Luke Rhinehart. Es un libro interesante. Empecé a leerlo hace muchos meses, lo dejé de golpe y ahora lo he retomado. Me lo regalarón por mi cumpleaños mis amigos.

- El encuentro, de Frederik Pohl. Uno de ciencia ficción. Me lo compré en la feria del libro de mi ciudad. Lo llevo a la mitad.