Facturas de una madrugada de insomnio

En el preciso instante en el que escribo esta entrada estoy lo que se dice cansado, agotado, fulminado. Mis últimas 24 horas han sido un poco moviditas. De momento, ayer apenas dormí, y no porque me quedará ex profeso viendo Los Oscars, sino porque tenía insomnio, y ya que estaban ahí, los ví.

Y curiosamente no me fui a la cama cuando la señorita Paltrow (una de mis musas particulares) le entregó el Oscar a Amenabar, sino que me quedé hasta el final. Tampoco tuve la tentación de seguir el evento en la blogosfera o en la radio. Simplemente no podía dormir y me lo trague enterito en la tele. Lo malo de estas cosas es sí el lunes tienes que madrugar. Y ese era mi caso. Así que con una cabezada de apenas dos horas he ido al curso, medio zombi, por cierto.

No pasaría gran cosa si no tuviera más cosas que hacer, pero da la casualidad que al final me decidí, y estoy en un embolado de consideración. Tampoco voy a dar muchas pistas sobre mi próxima ocupación. Solo diré que supone un esfuerzo adicional en casa de mínimo 5 horas diarias los próximos 15 días. Y esta tarde, pese a no echarme siesta, no he sido muy productivo. Y no me puedo permitir ese lujo. Los oscars han pasado factura.

Y por el embolado antes citado espero que ustedes me perdonen si no posteo los próximos días con la cadencia habitual. Malos tiempos para mi blogomundo.