No quiero ser como Beckham
Una vez más se ha comprobado que "nadie es perfecto". Hasta Don David, adalid del metrosexualismo más políticamente correcto, tiene sus taras. Ha confesado que es un maniático obsesivo del orden. Todo debe estar perfecto en sus tres frigoríficos (la cocina que deben tener estos tipos) y las latas de pepsi siempre deben ser pares (se las bebe de dos en dos). En las habitaciones de los hoteles guarda todos los papeles y libros en un cajón (está claro que muy fan de la lectura no es) y su esposa dice que su marido "es una persona muy extraña". Yo creo que la extraña es ella, pero bueno.
En fin, una manía como otra cualquiera, que seguro se pondrá de moda porque la tiene Beckham. Yo seguiré con mi desorden habitual, dicho sea de paso ...
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