La celebración

Para alguien como yo, a quien le gusta mucho el fútbol, su cultura y sus ritos, el partido de ayer y la posterior celebración popular se convirtieron en una experiencia singular, algo inaudito y muy estimulante. Y es que con España no estamos acostumbrados a este tipo de cosas. Lo más parecido que pudimos vivir, salvando las distancias, fue cuando pasamos a cuartos en el mundial de Korea y Japón ganando a Irlanda en los penaltis, pero lo de ayer lo superó con creces.

Foto: EFE/Víctor Lerena/El Mundo

Ya no hablo de las celebraciones de Colón, que tampoco me va mucho por lo excesivo y el tumulto de gente, pero es un gustazo ver el partido como lo vi yo, con muchos amigos en una tele cojonuda, gritando con los penaltis y las paradas de El Santo, saliendo por nuestra ciudad bandera en ristre a pasear la victoria con bocinazos de los coches, participando de la fiesta con desconocidos que bajo ninguna otra circunstancia cruzarías palabra alguna y en definitiva viviendo una celebración con excitación y alegría.

Hoy ha sido muy duro levantarme a las 6 e ir al curro, pero ha sido un lunes diferente, un lunes victorioso.