MI viejo album de fotos
Esas tardes de domingos raras, que haberlas haylas (aquí se han documentado hasta la saciedad), suelen ser tardes de sofá, telefilme y duermevela, de amantes inoportunas, de aburrimiento controlado, de música tranquila, de navegación sin rumbo, de introspección y de reflexión.
Se que lo inevitable, el comienzo de una nueva semana de duro trabajo, tiene que llegar, pero no suelo estar preparado del todo para soportarlo con presencia de ánimo. Algunos truquitos hay, no pensar en nada o distraerse con algo. Suelo elegir lo segundo, por higiene mental más que nada.
Una de las artimañas de manual es desempolvar mi viejo album de fotos. La nostalgia no es el mejor fármaco contra la abulia dominical, lo reconozco, pero te retrotrae a tiempos pasados, que no tienen porqué ser mejores, pero como la memoria es selectiva y ayuda a idealizarlos, casi siempre dejan un regusto positivo.
Detalle de Oleo de Iman Maleki, El viejo album (2001)
Muchas de las fotos son en blanco y negro. Infancia y adolescencia de otros tiempos. Recuerdos vagos e imprecisos que con el simple visionado de la instantanea cobran inusitada fuerza. Todo lo vivido a ritmo de paso de hoja. Un ejercicio, quizás algo masoquista, de reafirmación de lo que hemos sido y de lo que ya no somos. Como dirían Presuntos, Como hemos cambiado, que lejos ha quedado aquella amistad ...
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