02 octubre 2006

Negociaciones

Negociar o morir, que diría aquel. En un alarde negociador por mi parte (yo, que tan acostumbrado a tragar estoy), he conseguido salir una hora antes en semanas alternas, a cambio de comer en una hora en vez de dos. Eso, sin contar los viernes, en los que indefectiblemente por cojones me tendré que quedar hasta las siete. Menos da una piedra, dicen por ahí ...

Por cierto, el primer día de jornada partida, horrible.