01 octubre 2008

¿Y porqué no?

Primer día de la jornada partida, y efectivamente, como comentaba ayer, un autentico infierno. Encima me he tenido que quedar una hora más para acabar una tema urgentísimo (urgentísimo para mi jefe, claro). En fin ...

Pero no quería enfocar el post por ahí, sino por algo que me ha pasado esta tarde. Como vivo en el extrarradio de la capital del reino, pues no me da tiempo a ir a comer a casa y tengo que comer cerca de mi trabajo. Mi idea esta temporada es volver a la sana (aunque laboriosa) costumbre de llevarme comida frugal de casa, comer en la oficina y luego dar un paseito (la crisis no aconseja comer de restaurante todos los días, sobre todo porque no me dan tickets de comida -lo se, soy un desgraciado-). Pero hasta que me organice, como un bocadillo en algún bar.

Pues resulta que estoy en el bar y de repente entra un zumbao de esos que abundan en la capital del reino (ya he comentado algo de ellos por aquí alguna vez) y se pone a mi lado. Enseguida me pongo alerta, los huelo rápido. El tío se pone a hablar solo en voz alta y a darle la plasta al Camarero. Las voces van en aumento y el Camarero se va al final de la barra con la intención, creo yo, de llamar al encargado o directamente a los municipales. A todo esto el zumbao comienza a gritar lo siguiente:

- No entiendo nada !!
- No entiendo nada !!
- Sois todos unos cabrones !!
- La culpa es vuestra !!
- ¿Porqué pasa esto?
- ¿Porqué pasa esto?
- ¿Porqué?
- ¿Porqué?

Yo a todo esto a punto de irme del local sin pagar. No me gustan nada estas situaciones, pero inexplicablemente, aguanto sin moverme al lado del zumbao, sin mirarle. Pero de repente, lo que me temía, el zumbao se pone en frente de mi y me dice lo siguiente en voz muy alta:

- Eh Tú!, el de la corbata!
- ¿Porqué?
- ¿Porqué?

Todo el local callado mirándome a mí y al zumbao. Me quedo paralizado 5 segundos y, de repente sale esto de mi boca:

- ¿Y porqué no?

Y el zumbao se queda callado otros 5 segundos y se va al otro lado de la barra y comienza a gritar a otros clientes que estaban allí con más miedo que otra cosa:

- ¿Y porqué no? !!
- ¿Y porqué no? !!
- ¿Y porqué no? !!

Dos minutos después llegaron los municipales y evacuaron al interfecto.

Me ha sorprendido mucho mi reacción. Lo normal hubiera sido o bien no contestar o pirarme corriendo, pero esa contestación mía era totalmente irracional y muy impropia de mí. Nunca te acostarás sin saber (de tí) una cosa más.

Surrealismo urbano en estado puro.

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