Feliz día mamá

No hay día que no me acuerde de mi madre desde aquel triste agosto. Y ya llevo casi 20 años con ese ejercicio diario. Mientras viva continuaré con él. Ella está conmigo, con nosotros, en cada momento. Cuando las cosas se ponen chungas hablo con ella incluso. Pienso en que me diría, en que consejos me daría, en cómo enfocaría este problema o aquel otro. Y cuando la vida me da un respiro y consigo algún momento de efímera felicidad, también me acuerdo de ella, la visualizo sonriente y contenta porque ella vivía por y para nosotros. En resumen, está aquí, en nuestro corazón, todos los días.

Aunque ya no pueda hacerle un regalo físico en su día, no pueda darle un beso y un abrazo y decirle cuanto la quiero, aunque me arrepienta de no haberlo hecho mucho más cuando podía, no se me ocurre mejor regalo para ella que intentar hacer bien las cosas y seguir adelante. Su felicidad era la nuestra.

Feliz día mamá. Te quiero mucho mucho mucho.

También me acuerdo, con la misma intensidad y exactamente el mismo sentimiento, de mi otra madre. También está conmigo todos los días. Felicidades también para tí Abuela.

Feliz día también para todas las madres, y en particular a las que me leéis o me habéis leído en algún momento en este modesto y escondido blog. Felicidades para todas las madres que me aguantáis en las redes sociales, para todas mis amigas, las que me apreciáis y me queréis, que tenéis prole y la sacáis adelante todos los días. Mi más profunda admiración. Lidiar con los churumbeles, lo se porque lo vivo de cerca, porque me lo transmitís a diario, es algo sumamente complicado, agotador, un reto vital continuo, pero con toda seguridad enormemente gratificante. El amor de una madre es el más potente que se conoce. Infinito e incondicional, nada puede superarlo. Yo de momento no estoy en vuestro club, y cada vez lo veo más difícil, pero si Steve Martin ha sido padre primerizo a los 67 años, todavía me queda alguna esperanza.

PD: Si lees esta entrada hoy y todavía no has felicitado a tu madre, hazlo inmediatamente. Es uno de los lujos que algunos no tenemos ya la oportunidad de disfrutar.