03 noviembre 2004

Mi vida en modo sitcom

Es habitual en el devenir blogosférico que un determinado post de un blog que visitas te inspire para escribir algo en el tuyo. No hace falta que sea sobre el tema genérico del mismo o en un contexto determinado. Simplemente una sola frase te puede inspirar. Y así me ha pasado con el post de la inconmensurable Lulamy. Ella hablaba, en referencia a un suceso gracioso que le sucedió con una amiga, que le gustaba vivir "en modo sitcom". Y enseguida me puse a pensar si yo alguna vez había vivido en modo sitcom.



Y es que siempre tiendo a pensar en mi vida como una sucesión de experiencias grises, rutinarias y repetitivas, cuando no directamente desechables, exentas de cualquier mínimo atisbo de interés, humor, sarcasmo o ironía. No es que persiguiera ser un graciosete pesado o hacer del frikismo una filosofía de vida, simplemente se trata de dar de vez en cuando ese toque de surrealismo o sorpresa en algún momento puntual de tu vida para romper con lo establecido, reirte un poco y oir (aunque sea interiormente) las sonrisas enlatadas.

Es un hecho palpable que ahora casi nunca vivo en modo sitcom, pero alguna vez, hace tiempo:

- Tuve una temporada en la que si se me cruzaba alguien por la calle y me decía "¿Tienes hora?" yo le respondía un escueto "Si" y me quedaba mirandole sin decir nada más. En este caso la persona se queda totalmente estupefacta y solía reaccionar de dos maneras. 1) contestarte con un desconfiado "¿Me la dices?" o 2) Marcharse corriendo como si le hubiera pedido la hora a un loco. En este segundo caso es cuando más me reía :-)

- También me dio (y todavía lo hago a veces) por usar lo que yo llamo "contrasentidos de asentimiento o negación", es decir, por ejemplo, si estoy charlando con alguien y me pregunta algo, por ejemplo, "¿Vamos mañana al cine?", yo le respondo "Si" pero según le estoy respondiendo muevo la cabeza de izquierda a derecha. Igualmente si alguien me pregunta, "¿Quieres otra taza de café?", yo le respondía un sonoro "NO, gracias" mientras movía con fruición la cabeza de arriba a abajo. Todo esto sin reirme y con toda naturalidad. Este comportamiento produce en tu interlocutor una mezcla de aturdimiento y descoloque que a mí, personalmente, me divertía mucho. Otra cosa es lo que tu interlocutor pensara de tí. Pero eso, dependiendo del caso, importaba menos.

- Existian también otros tipos de contrasentidos que en su día practiqué, como por ejemplo ir a comprar el pan, pedir tres barras y cuando me las daban decir "¿Tiene cambio de 50 euros?", y si el dependiente/a me respondía "Si", sacar del bolsillo el precio exacto en monedas, pagar e irme sin decir nada. O preguntar en la calle por una dirección a un transeunte y, una vez me hubiera indicado, agradecerle la información e ir decididamente en sentido contrario al que me dijo sin mirar atrás.

- La provocación de "momentos de tensión" también era uno de mis gags preferidos. Cosas tan tontas como ver quien pasa primero por una puerta pueden crear perturbaciones de consecuencias inusitadas. Por ejemplo, a la salida de un garito, coincides con una bella muchacha en la puerta. Lo lógico es dejarla pasar a ella. Pues no. En el momento que ella empieza a pasar haces el gesto de pasar tú primero. Y entonces pasamos los dos a la vez, pero claro, solo cabe uno. Asi que la chica te mira con cara de asco y se para para dejarte pasar. Pero tú no pasas. Y ella te vuelve a mirar e intenta volver a pasar. Y justo en ese momento tu intentas pasar también. Y así sucesivamente. Dos acotaciones a esto. La primera, no intentarlo con chicas con novio corpulento. La segunda, no hacerlo cuando se active una alarma de incendios.

- Tambien es muy socorrido en una conversación usar latiguillos cinematográficos (casi siempre de Star Wars en mi caso) que dejan a tu interlocutor pelin estupefacto. Cosas como salir un momento de un garito a hablar por el movil y decir a un amigo "Comandante, voy a sacar la nave del campo de asteroides para que la comunicación sea más clara" o si un amigo me presenta a otro soltar sin venir a cuento "La fuerza es muy intensa en tí, joven Skywalker, pero no subestimes el poder del lado oscuro". Las reacciones son para todos los gustos, sobre todo si el presentado no es fan de la saga.

- Ultimamente me ha dado también por traducir cualquier nombre nombre propio catalan, vasco, gallego, inglés, frances, etc, a su correspondiente nombre en castellano. También lo hago con Nombres de ciudades o con cualquier palabra (sea verdadera o inventada) que se me ocurra en ese momento. Esto es especialmente efectivo en personas que no conoces y ante todo, se debe decir muy serio. No es nada descabellado, por tanto, que en un momento determinado suelte alguna frase tipo "Ayer en el Campo Nuevo Francisco Ricardo puso en el centro del campo a Javi y Gerardo, que creo que nacio en Hospitalito, o tal vez en Villadeperros". Normalmente el interlocutor piensa para sus adentros "Este tio es gilipollas" y aduce: "No se dice así, se dice, Ayer en el Nou Camp, Frank Reikard puso en el centro del campo a Xavi y Gerard, que creo que nacio en Hospitalet o tal vez en Viladecans". A lo que yo, muy serio, contesto, "Te voy a hacer una pregunta, ¿Cual es la capital de Inglaterra?". Y éste me contesta, "Pues cual va a ser, Londres". Y yo replico: "Pues si es Londres y no London, es Villadeperros y no Viladecans" ... y ahí comienza una eterna discusión que a veces acaba en risas y otras en que el interlocutor no me vuelve a hablar en su vida. Pero todo de buen rollo :-)

- Hubo una temporada, en mi más tierna lechonez, que me dio por los contrasentidos telefónicos. Esto vino inspirado directamente por un buen amigo de juventud que se dedicaba a hacer llamadas de coña y eran realmente muy divertidas. También me llego la influencia por las llamadas que hacian Gomaespuma cuando estaban en la desaparecida Antena 3 Radio. Las más usuales eran llamar a información de telefónica y con voz grave y seria espetar "¿Buenos Dias, es información de telefónica?. Sí, digame. Hola buenas, queria que me informase. Pero informarle ¿De que?. Ah, no se, me da igual, eso es información no, pues informeme". También llamé alguna vez a alguna tienda de ordenadores y desarrollaba la siguiente conversación "Hola, ¿es una tienda de ordenadores?. Sí, es aquí. Ok, pues a ver si me puede mandar un ordenador a que me ordene la mesa del escritorio, que tengo un lio que no me entero, me da igual si es hombre o mujer, eso si quiero que sea muy ordenado". También estaba la llamada de los buzones (pedia buzones a Correos para que arreglaran el casco de mi velero) o la llamada al videoclub para ver si habian traido las últimas novedades "El fontanero, su mujer, y otras cosas de meter", "Ensalada de pepino en el instituto femenino" o "Caray con el mayordomo que grande tiene el maromo" (esto último es una clara influencia de Clerks).

- Aparte de todas estas chorradas, que son cosas puntuales, también hay "epocas sitcom". Momentos perdurables en el tiempo en los que, por cualquier razón, estás más chisposo o tienes más ganas de reirte de tí mismo o de hacer gilipolleces. Normalmente esto sucede cuando hay sinergia entre varias personas y el todo es más que la suma de las partes. Por ejemplo esto pasaba cuando tocaba la guitarra en H. de F., esa gran banda compuesta por gente que los habituales del blog seguro que conoceis y por un servidor. En el grupo viviamos una sitcom contínua en los ensayos. Cosas tan frikis como hacer procesiones por el pasillo de los locales de ensayo en Semana Santa llevando como Paso un amplificador de guitarra, como cruz un pie de micro y cantando saetas a viva voz, o todo tipo de desparrames, performances, y tonterias varias. Tocar, tocabamos poco, pero nos reiamos un huevo. Y ese era el propósito.

Quizás se me paso la epoca de vivir en modo sitcom, pero como diría aquel "nunca es tarde si la dicha es buena". Y "el que tuvo, retuvo", y voy a parar de usar el refranero porque se está haciendo esto muy largo.

Y vosotr@s, ¿habeis tenido alguna experiencia en modo sitcom?

PD: Perdón por la extensión.