24 marzo 2007

Dinero de plástico

Que sí, que las tarjetas de débito o crédito son muy útiles y tal y pascual, pero cuando hay problemas, son un autentico quebradero de cabeza.

Esta mañana, va la Sra. Bedel a sacar pasta con mi tarjeta a un cajero para hacer la compra y sin mayor explicación esa máquina del diablo le retiene la tarjeta, sin ni siquiera darle tiempo a meter el código. Cojonudo. Llamo al teléfono del banco para anularla y que me la manden a casa. Me dice el del teléfono que si, que me la anula, pero no me la puede mandar a casa, tengo que ir a solicitarla otra vez a la sucursal. En silencio me cago en su señor padre (que no tiene ninguna culpa, dicho sea de paso) y corto.

Pasamos al plan B. Me conecto a internet y le hago una transferencia a la libreta de la Sra. Bedel para que ella saque. Pero claro, al ir a mirar, la transferencia no es inmediata, de hecho, hasta el lunes nada.



Pues armándonos de valor, vamos a otro cajero y pone "Servicio no disponible". En ese momento, cuando tu cabreo ya es considerable, no te queda mas remedio que olvidar irte a comprar y entrar a un restaurante a comer y pagar con la tarjetita de los huevos.

Lo dicho, el dinero de plástico, a veces no es útil. Hay que volver a la dinámica del rollo de billetes debajo del colchón ...

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