Momentos complicados

Ayer, cuando llegué del trabajo, ni siquiera pude entrar a las teclas, como es mi costumbre todos los días. Algo raro o fuera de lo normal tiene que pasar para que no entre a Internet y me quede en el sofá. Y lo que pasaba es que llegué muy cansado, agotado, estresado y con desanimo. Se me juntó el maldito lunes, la vuelta a los problemas del curro (aunque he currado en Navidades, no tienes esa presión), la cuesta de enero y que tampoco me siento excesivamente fino estos días. Y para acabar el cocktail, he empezado una de mis dietas estajanovistas. Normal que llegará un poco al límite.

Y lo peor es que pese a estar muy cansado, no duermo bien y no descanso. Total, que al día siguiente es lo mismo pero un poco peor. Sin duda momentos complicados que solo tienen un mínimo alivio cuando llego a casa con la Contraria y el Perrón y los findes, cuando salgo de la oficina los viernes, los sábados y los domingos hasta después de comer. Y todo vuelve a comenzar otra vez.

A veces me pregunto si alguna vez conseguiré disfrutar de mi trabajo y no sufrirlo tanto. Más vale que lo consiga porque esto no debe ser muy sano ...