21 julio 2012

Siestas largas #NO

Es bien sabido por toda persona, animal o cosa temerosa de Dios, que las siestas largas son un fail en toda regla. Sí, esas siestacas camilojosecelescas, de pijama y orinal, no traen ninguna ventaja, todos son inconvenientes. Y ahora mismo me acabo de despertar de una de ellas. Así que imaginaros el percal.


Hay pocas sensaciones mas desagradables y que me sienten peor que despertar de una siesta larga un sábado de mediados de julio, chorreando sudor del calor que hace, con la boca seca, con un mal café considerable y con la sensación de haber perdido toda la tarde del sábado. Bueno, más que sensación, realidad, la he perdido. Y para rematar la faena, mi despertar ha coincidido con la petición de salida del perrón y los ladridos consecuentes, lo cual me ha puesto de mucho peor humor si cabe. La contraria, conocedora de mis despertares complicados, se ha ofrecido voluntaria a sacarlo ipsofactamente.

Y es que las fases "post siesta larga" son bien conocidas y siempre paso por ellas. Nada más despertar estás tan agilipollado que ni te enteras de que has dormido una siesta larga. Cuando realmente eres consciente de la situación, comienzan 15 o 20 minutos muy críticos, con niveles de cabreo al máximo. Para aplacar los síntomas, una ducha fría suele venir bien. Luego llega un periodo de aceptación de la situación, en el que estoy ahora inmerso, que suele durar entre hora y hora y media, donde las cosas van volviendo a su cauce, aunque los efectos colaterales pueden durar lo que resta de día. También suele ayudar, para sobrellevarlo, escribir posts como este y quejarse en las redes sociales, que para eso están :-)

No me acuerdo quien lo decía, pero "Dormir es como morir un poco" ...

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