26 octubre 2008

Del cambio de hora

Ayer por la noche salí a tomar cervezas con mis amigos para celebrar mi cumpleaños y el de otro de ellos. Cayó otro regalito más, una bufanda (este año ha sido excepcional en regalos, hay que reconocerlo). Y la verdad es que me lo pasé bastante bien y cumplimos de sobra la tarea, porque nos bebimos tropecientas birras. Una vez al año dicen que no hace mucho daño, pero esta mañana he notado las consecuencias del desfase. Así que el cambio de hora me ha venido, como diría uno de mis amigos, "como picha al culo", porque una hora más para combatir la resaca cervecera es muy de agradecer.


Imagen: rtve.es

Como es habitual en las jornadas de cambio de hora, he seguido el procedimiento al uso, poniendo, lo primero de todo, el teletexto de TVE para verificar la hora correcta (nunca me fío de mi instinto y hoy mucho menos) y dando un rulo por toda la casa cambiando todos los relojes, que tampoco es que tengamos tantos, el de pared de la cocina, los de los despertadores, mi nuevo reloj y poco más. El de la Diamond, como es muy lista, se cambia solo.

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