Asfixia, welcome home

Sabía que tarde o temprano llegaría. Siempre lo hace. Pero esta vez se ha adelantado más de lo que pensaba. Tocó a la puerta ayer por la noche, aprovechando que no podía dormir por el calor que hacía. Y nada más llegar comenzó su sibilino y fino trabajo, como solo ella sabe hacerlo, sin prisa pero sin pausa. Yo se que ya no se va a ir, pero la idea es ocupar mis pensamientos lo suficiente como para que se note menos que está. Pero estar, está. Lo he notado en mi cara esta mañana cuando me he mirado al espejo.