El carro de la compra
Muchas veces pienso, y ayer lo volví a constatar, que trabajo 11 meses al año como un cabrón para que lleguen momentos como éstos: llenar un carro en el Carrefour un sábado por la mañana sin agobiarte por el precio de los productos, comer fuera de casa con la contraria sin mirar a la derecha de la carta, volver al redil a echarte una siesta sin una preocupación acuciante, pasando el día cadencioso y sin pensar -que dirían los Gabinete-, o permitirse el pequeño lujo de unas cortas vacaciones en el pueblo o la casa de tu familia en la costa.
La compra de ayer en el super. Completita.
Así nos han enseñado a vivir y éste es el pan que ganas con el sudor de tu frente. La recompensa. No se si es triste o no alegrarse por todo esto, en principio, objetivos básicos del proletariado por cuenta ajena y nada pretenciosos o glamurosos. Vivir dignamente y punto. Pero tal y como está el patio a mí no me produce ningún complejo intelectual alegrarme de la normalidad.
Tengo que reconocer que me da muy buen karma llenar el carro de la compra. Mucha gente no puede hacerlo regularmente. Y ya si te lo llevan a casa, pues la leche oiga ...
Etiquetas: calidad de vida, compra, proletariado, vacaciones
5 Comments:
No puedo estar mas de acuerdo contigo!!! Saber disfrutar de los pequeños privilegios de nuestra 'clase' y no lamentarnos de no conseguir la de otras... Ahí radica en buena parte el secreto de la "felicidad". :) Felices vacaciones Sr. Bedel!!!!!
Esta es una de las razones por las que me encanta tu blog : me gusta mucho quien está detrás, cómo piensa, cómo actúa, cómo vive...claro que sí, tengamos siempre en cuenta estos detalles que son sencillos pero no son pequeños:hoy por hoy llenar el carro de la compra es un lujo, planear una pequeña escapada, disfrutar de los momentos interneteros, de la cadencia del tiempo y de poder gastarlo tranquilamente, sin aspavientos, dejando que los minutos se desperecen...eso es realmente estar bien con uno mismo, Bedelín.
Ahí está la importancia de las pequeñas cosas, la felicidad, por lo menos para mí, esta hecha de estos momentos...
Totalmente de acuerdo =)
Saludos!!
Estoy de acuerdo tambien en le importancia de las pequeñas cosas, que la normalidad, esa normalidad que describes puede ser un privilegio que tantos desearian.
Ahora, no es lo mismo llenar el carro de "delicatessen<2 que de rollos de celulosa...
Sin duda Anónimo. Tampoco voy a decir que hago compras de supervivencia, algún caprichito nos damos, pero sin pasarnos.
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