No me queda otra

Llevo unos cuantos días convulsos en el curro, muy complicados, muy amargos, muy sufridos. Vaya novedad diréis. Pues sí, lamentablemente no es novedad, ya me gustaría que así fuera, pero no es excepción sino norma. La mayoría de los días, aunque tengo unas ganas tremendas de soltar todo lo que llevo dentro en el blog, me contengo. Es más de lo mismo, no aporta nada la queja continua. Como diría Zuvi, me quejo demasiado :). Pero hoy no me he podido contener. Lo digo claramente. Estoy abatido. Cansado. Harto.

Muchos os preguntareis porque sigo. La respuesta, evidente, porque no me queda otra. Queda relativamente poco para que se acaben los pisos y necesito tener curro estable para que me den la puñetera hipoteca de las narices. No es que no confíe en mis posibilidades de encontrar otro curro, simplemente es que la cosa no está para ninguna broma. Los bancos no deciden sobre futuribles, deciden sobre papeles. Y si no tienes papel, estás fuera.

Por eso tengo que Aguantar e intentar conservar mi puesto a toda costa. Acepciones 4 y 9 de la RAE, para más señas.