Un día malo
Siempre hay un día malo cada cierto tiempo. Aunque el mes (o el año) vaya más o menos bien, aunque te respeten las lesiones, aunque tengas todo relativamente bajo control, te levantas un día cualquiera y te envuelve esa extraña sensación que no augura nada bueno. Afloran los mil dolores pequeños y la jornada de trabajo se tuerce irremisiblemente.
Todo comienza a ir de mal en peor. La productividad pasa a ser muy baja en comparación a todas las horas que estás en la oficina. Discutes en el trabajo, las montañas de papeles crecen y crecen sin parar, y ni siquiera el menú del restaurante te gusta. Las habituales válvulas de escape tampoco llegan al rescate. Comienzas a sentirte anímicamente tocado y ves que no recuperarás en lo que queda de jornada. Lo que viene siendo un día malo.
Hoy ha tocado día malo. Y lo único bueno del día malo es que apenas faltan 45 minutos para que se acabe.
PD: Mañana estaré mejor. la tendencia, a pesar de achaques como el de hoy, no debe, ni puede cambiar. No dejaré que la asfxia pueda conmigo.
Etiquetas: asfixia, desanimo, desencanto, malo
1 Comments:
Sé que no es consuelo.
...Yo llevo un par de semanas un poco perras
. Pero ya pasarán.
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