Aterrizaje suave

Primer día de curro y no me puedo quejar, bastante tranquilo. Es la ventaja de entrar a currar dos días antes que los demás, que tienes dos días de aterrizaje suave. Que no suene el teléfono más de lo debido ya es en sí mismo una bendición. Además, estos dos días los estoy usando para planificar y organizarme un poco. Lejos de ser un tema menor, es vital gastar un día o dos en centrar las tareas, priorizar y planificar el otoño, que será duro y exigente. Y, lo mejor de todo, todavía no voy con traje. Ir en vaqueros a trabajar es un lujo que me puedo permitir en contadas ocasiones. Lo malo es que el miércoles se acabó lo que se daba.