Recuerdos de Sócrates

La primera vez que recuerdo ver jugar a Sócrates fue en el mundial de España 82. La Selección brasileña venía del anterior mundial, el de Argentina, con un sabor agridulce por no haber conjuntado un buen equipo y hacer un papel más bien mediocre, pero el nuevo seleccionador, el mítico Tele Santana, dió con la tecla y puso a Sócrates como capitán.

Licenciado en medicina, espigado, delgado, con poblada barba y larga melena, Sócrates no daba el perfil de típico mediocentro brasileño, pero verle jugar era un placer para los sentidos. Regate, velocidad, técnica depuradísima, pase corto, pase largo y experto en la suerte del tacón. La elegancia con un balón en los pies, diminutos pies pues la leyenda decía que calzaba un 37. Un fenómeno, que lo demostró en el Botafogo pero sobre todo en el Corinthians a finales de los 70.

Muchas veces con cinta en el pelo

Brasil en 1982 debería seguramente haber ganado el mundial, pero no lo hizo, unos cuartos de final inolvidables con Italia lo impidieron, pero el fútbol que hizo esa selección fue mítico. A parte de Sócrates, jugadorazos como Leandro, Junior, Falcao, Toninho Cerezo o Zico, hacían fútbol fantasía, pero además incorporaron velocidad, fluidez al juego, ingenio.

La mítica Brasil en 1982

Hasta cuatro años después, en el mundial de México 86, no volví a saber nada de Sócrates. Logícamente aquí en España y en esos tiempos ignotos en los que Internet era una entelequia, seguir el Brasileirao era literalmente imposible. Jugó un año en la Fiorentina y si que vimos algo, aunque muy poco. Pero fue en ese mundial donde volvemos a saber de él. la selección brasileña no brilló tanto como en 1982 pero su juego seguía siendo espectacular. Ese Joga Bonito lo seguían teniendo. La premisa era que el balón fuera feliz. Lo que no contaban los brasileños fue con la tragedia de los penaltis, que la volvieron a apear en cuartos contra Francia. Un Sócrates más mayor pero que seguía siendo el jefe, nos deleitó con su juego otra vez.

Y ya no supe más de él. Acabo su carrera en Flamengo y en el Santos sin hacer mucho ruido. Sus problemas con el alcohol eran bien conocidos desde hace tiempo. Hoy me he desayunado con su fallecimiento a los 57 años. DEP.

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