Hill climb racing

Ultimamente ando viciado a este jueguecito de Android, Hill Climb Racing. Es una tontería, un plataformero al uso, pero superadictivo. Especialmente indicado para los viajes de ida y vuelta al curro (sobre todo cuando pierdes conexión de Internet en los túneles de cercanías) y para momentos en los que no quieres pensar. Como esta misma mañana de domingo. Os lo recomiendo.

Cambiando móvil y operadora

He sufrido a Movistar los últimos años y hasta aquí hemos llegado. Hoy he pedido la portabilidad a Orange y me pillo un Sony Ericsson Xperia Neo V. No es un móvil de gama alta ni mucho menos, pero tampoco quiero un pepino, simplemente un móvil decente que me permita llamar, sacar alguna foto y que me conecte a Internet sin mayores problemas a un precio ajustado. La semana que viene tendré ya tarifa de datos 24h y eso sin duda puede ser peligrosillo :-). Me conozco e intentaré contenerme, pero me costará. En una semana os contaré ...

Welcome HTC Magic y submundo Android

Hace poco que hablabamos de móviles por estos lares y del pánico a perderlo. Premonitorio :-). El caso es que ayer la contraria me facilitó una HTC Magic (de segunda mano) para que probara el submundo Android. La verdad es que mi vetusta HTC Diamond, de la que no he tenido más que parabienes en estos años de uso, se va quedando muy corta de prestaciones para lo que ahora mismo es el estándar móvil. En su momento estuvo muy bien, pero hoy en día el Windows Mobile es una castaña pilonga, la pantalla reactiva con puntero se quedó pequeña y el sistema es muy poco flexible para gestionar el dospuntocerismo.

Total, que desde hoy mismo soy un acólito más del submundo Android. De momento novato total, familiarizándome con el terminal y el sistema operativo. La ventaja es que la curva de aprendizaje es mínima y en un par de días lo dominaré sin muchos problemas. Es cierto que el HTC Magic se ha quedado también pelín antiguo, pero a caballo regalado no le mires el dentado.

Lo "malo" de estas dinámicas es que no se si podré resistirme mucho más a la conexión de datos en el móvil. Hasta ahora he podido evitarla, no sin cierta dificultad. Ahora creo que nadie me salva de ella. Otro posible peligro es el Whatsapp de los cohone, que lo tiene casi todo mi dospuntocerismo y me temo que si entro en esa secta me va a abducir sin contemplaciones :-). Ya os iré comentando mis avances.

El pánico de perder el móvil

Es una sensación que nunca había experimentado. Tengo móvil desde que se comercializan en España a precios razonables, el primero, este Siemens S-10, un ladrillaco, y luego he pasado por unos cuantos Nokias (el 5110, el 3310, el 3100 y el 6131) hasta llegar a mi actual smartphone, una HTC Diamond, regalo de cumpleaños de la contraria en 2008. Aunque ya llevo tres años con el aparato y, evidentemente, se ha quedado pelín obsoleto, de momento no lo cambio, no soy una Phone-victim y suelo cambiar el móvil únicamente por motivos de fuerza mayor.

Mi móvil, por el momento

Bueno, que me enrollo demasiado. Lo que quería dejar dicho aquí es que antes perder un móvil suponía un trastorno más o menos leve. Solo he perdido uno en mi vida, me lo robaron para ser más exactos, y aunque me jodió pues tampoco fue para tanto, una llamada para anular la SIM, pillarme otro y pasar los pocos teléfonos que tenía apuntados en mi agenda al nuevo. Tampoco era mucho problema, me los sabía casi todos de memoria. Y punto.

Pero ahora, unos cuantos años después, he sufrido en todas mis carnes el pánico de perder el móvil. Fui a echar mano de él en la oficina antes de irme a comer y no lo tenía, y esta mañana al salir de casa, como siempre, lo había cogido. Me llamo desde el fijo para ver si lo tengo en algún lado, da tono pero no suena ... comienzo a pensar en si me lo he dejado en el bar tomando café, o en algún cliente, pero comienzas a sudar, porque no es el móvil en sí, lo importante son los datos que tiene. Ya no tengo agenda en papel, ni siquiera me se el teléfono de mi contraria o el fijo de mi propia casa, pero además tengo más datos, fotos, documentos, notas, etc, etc. Una autentica tragedia.

Tras cinco largos minutos, se obró el milagro, y me llamaron de uno de los clientes diciendo que si me había dejado el móvil allí, que pasara a por él. Sustaco. Luego en el tren, ya más tranquilo, reflexionas sobre lo mucho que dependemos hoy en día de estos cacharritos del diablo. Y cada vez dependeremos más ...

El regalito de cumpleaños

Tal día como hoy la Sra. Bedel cumple años. Y para agasajar a mi contraria, me he debatido estos últimos días entre un regalo original y un regalo útil. Después de denodados esfuerzos de sesera, no me ha quedado más remedio que decantarme, una vez más, por el utilitarismo.

Sí, ya lo se, es más aburrido, más predecible, menos sorpresivo, pero mis limitaciones a la hora de elegir un regalo romántico u original son más que evidentes, y el porcentaje de cagarla es sumamente elevado. Vale, un móvil no es la quintaesencia de la originalidad, pero hace su trabajo, y seguro que le gustará jubilar a su cascado Nokia. Este Ericsson K810i me gustó y a la saca. Enhorabuena a los cumpleañeros.

Foto: techfresh.net

PD: No he podido contenerme y también he comprado para desayunar mañana unos alfajores Havanna. Se que no debo, pero un día es un día.

Guerra al spam navideño

Este año estoy muy Mr. Scrooge, que le vamos a hacer. Ahora me ha dado por no mandar spam navideño por el móvil. Así de radical. Ni un solo SMS, ni en Nochebuena, ni en Navidad, ni en Nochevieja ni en Año Nuevo. Ni a amigos, ni a familia, ni a conocidos. Me declaro en huelga de dedos caídos. Y eso que a mi me llegan un montón de SMS, pero nada, que no claudico. Entiendo que a la gente le pueda hacer ilusión mientras cena o se toma las uvas el aluvión de "pii-pii, pii-pii", pero a mí cada vez me hace menos gracia recibirlos y más pereza mandarlos.

¿Razones?. El 90% de SMS que te llegan (siendo generosos con el porcentaje) son de amigos o conocidos que solo te mandan ese SMS al año. No diría por compromiso, sino más bien porque eligen mandar el mismo mensaje a toda su lista de contactos. Digamos que no segmentan bien el target. Seguro que si tuvieran que mandar un SMS personalizado, la mitad ni los mandaba.

Y luego está el cuerpo del mensaje. Ahí ya si que la cosa es directamente reprobable. Esos mensajitos supuestamente graciosos del tipo "Vamos a pegar una paliza a ese gordo con barba y traje rojo", los graciosos con reminiscencias sexuales, que son para darles de comer aparte, los de compromiso de una linea "Feliz Navidad y Prospero 200X para toda la familia", los que firman toda toda la familia al final "Un abrazo de Pepe, Maria, Luis, Carmen y Borja" y, los más odiosos, los que adjuntan graficos y sonido. Para potar.

PD Disclaimer: Que conste en acta que yo he sido de los que mandaba SMS a tutiplen en estas fechas, entono el mea culpa, pero hasta aquí hemos llegado. Guerra al spam navideño.

Móvil de porcelana

Si me dices que se me ha caído el móvil al suelo y se ha roto, lo entiendo. Si me dices que he estado jugando con un imán en el móvil y no funciona, lo entiendo. Si me dices que el móvil se introduce accidentalmente en la pila de lavar los platos, llena de agua con fairy, entiendo que no rule. Incluso si me cuentas que Kaiser ha secuestrado el móvil y le ha metido sus fauces a saco, lo puedo llegar a entender.

Pero lo que no entiendo ni entenderé nunca es que sin hacer nada de lo anterior se estropee la pantalla de mi flamante Nokia 6131. Lo tenía en el bolsillo y funcionaba. Lo vuelvo a abrir y me sale en la pantalla un bonito fractal de colores psicodélicos que ya no se ha vuelto a quitar.

Supongo que lo llevaré a ver si cuela que me den otro. De momento voy tirando con mi vetusto pero robusto Nokia 3100. No tiene ni java, ni bluetooth, ni camaritas ni leches en vinagre, pero ya lo puedes martillear que sigue funcionando. Este si es que es un móvil de batalla, y no el 6131, que lo miras y se rompe.

Nuevo móvil a la saca

Está claro que no soy ningún "fashion victim" de los móviles. De hecho soy todo lo contrario. No me cambio de móvil hasta que no es totalmente imprescindible, normalmente por que me lo manguen, por mal funcionamiento o por accidente. En esta ocasión, mi rocoso y espartano Nokia 3100, que gran teléfono, se me apagaba cada tres por cuatro. No se si era la batería o el propio teléfono, pero como ya la situación me estaba empezando a molestar, esta mañana he tirado de puntos y he adquirido un a un precio muy módico, unos 50 euros, un Nokia 6131.

Breve reseña de Denken Uber del Nokia 6131

La verdad es que el aparato tiene muy buena pinta. Es más de lo que tenía planeado adquirir, no soy muy amigo de complejidades tecnológicas y tampoco tengo un nivel de gasto como para aprovecharlas, pero dado el precio no me ha quedado más remedio :-).

PD: La Sra. Bedel también ha cambiado de móvil. Ella no tenía contrato y se ha tenido que conformar con un Nokia 6020 que es un teléfono de batalla bastante normalito pero cumplidor.